martes, 29 de octubre de 2013

¿Fracaso o crecimiento?



  
Éxito o Fracaso

Existen muchas cosas escritas acerca del éxito o fracaso y de ambos. ¿Quizás no tengo mucho que agregar? Puede que sí y puede que no…juzgue usted mismo.

Si definimos el éxito como “la consecución progresiva de las metas y sueños”, entonces por descarte, el fracaso debería ser “la NO consecución progresiva de las metas y sueños”.

Quedémonos por un momento con esa reflexión y veamos, por una parte tenemos el éxito y por otra el fracaso, ambos como una balanza que puede estar equilibrada en algún momento, pero que sin embargo a veces, vemos que está totalmente desequilibrada.

Para fracasar, hay que intentar algo, lo que sea. Un fracaso no puede existir desde la pasividad de la vida. Un fracaso para que tenga sentido, tiene que haber sido en el esfuerzo, porque una cosa diferente es decir “fracasé por intentarlo” a decir “fracasé, pero jamás lo he intentado”. Y ésta última creencia está muy cercana a lo que somos realmente ¿Cuántas veces fracasamos en algo que aún no hemos intentado terminar?

Tengo un caso muy cercano de una persona que cada vez que intenta algo, sin siquiera haber movido un solo músculo de su cuerpo para lograrlo, ya piensa que “no le irá bien”. Ese tipo de fracasos es el más triste, porque aparte de la sensación de vacío y de pena que existe, hay un problema más grande y que es la falta de aprendizaje del “por qué se fracasó”.
 
Comparemos la vida de un exitoso versus un fracasado. Lo primero, es que el exitoso debe haber intentado no una, sino muchas veces poder llegar al éxito, como el creador de los chocolates Hersheys, que quebró siete veces antes de fundar la multinacional de los chocolates.

Por el otro lado, un fracasado es alguien que ha intentado cosas y por una serie de eventos no ha logrado el éxito….pero un momento ¿es eso tan malo? Una persona que ha fracasado, es porque ha intentado hacer algo, lo que sea en su vida, pero lo intentó. Cuando fracasa, aunque el momento es triste y lleno de dolor, siempre hay un aprendizaje.

Cuando te caes, después de la sacudida, viene ese proceso interno que nos hace decirnos “¿en qué fallé?” y ahí se producen una serie de eventos y conversaciones internas y en la medida que tengamos una buena actitud frente a la vida y con positivismo, vamos a aprender más.

Vamos a suponer que estás intentando seducir a una persona. Estabas muy expectante y con todas las ganas de que esa relación funcionara. Por “abc” motivos, no funcionó. Ahí estaría el fracaso, pero ahora frente a ese problema, podrías tener dos opciones: a) culpar a la vida, las estrellas, la conjunción de los astros, la teoría del caos y todas esas cosas que te justifican o b) podrías aprender que hiciste mal y entender que pasó.

En ocasiones, cuando intentamos echarle la culpa “a otro” o “a otras” cosas de lo que pasó, es debido a que no tenemos humildad para afrontar nuestros fracasos. Nos sentimos infalibles, no somos capaces de pedir ayuda y es mejor dejar las cosas así, total después, no tengo que excusarme o esforzarme a cambiar por como soy.



Siguiendo en la línea del ejemplo, el fracaso puede ir desde que no supiste elegir a la persona a enamorar, porque esa persona puede haber tenido otros intereses en la vida o simplemente por no saber cómo acercarse de forma efectiva y sin echarlo todo a perder.

Dependiendo del camino elegido, quizás en una nueva oportunidad, podrás tener más éxito o al menos haber trabajado algunas herramientas que te permitan llegar lo más cercano al éxito.

A veces, fracasamos también, porque no sabemos a dónde apuntamos o que es lo que queremos y ahí viene otro problema más grande aún.

Ahora nos vamos a ir al lado del éxito. Muchas veces consideramos el éxito como un sinónimo de suerte (ya hay una entrada que habla acerca de ese mismo tema), pero sin embargo no somos capaces de ver que esas personas exitosas, han debido luchar una serie de batallas internas y externas, que los han llevado a donde están.

Un caso cercano que recuerdo, es el de Iván Zamorano (futbolista chileno). En la época en que era jugador del Real Madrid, pasó por un grave problema y no era considerado. Los españoles no lo querían y en realidad su nivel era más bajo que el del resto de los jugadores. Zamorano tenías dos opciones a) haber culpado al destino de su falta de oportunidad y no haber podido convertir más goles o b) comenzar a trabajar y mejorar sus puntos bajos para lograr el éxito.

Si Zamorano se hubiera quedado sólo en “ya vendrá mi oportunidad” y no se hubiera esforzado más, entonces jamás se hubiera convertido en el goleador de la liga española, no hubiera salido campeón junto al Real Madrid y no se habría convertido en uno de los futbolistas más exitosos de Chile.

Recuerden, el éxito no se logra celebrando “éxitos”, sino superando fracasos.


Hay una gran diferencia de cómo afrontamos el fracaso, para convertirnos en exitosos y eso es lo que quiero ir logrando en éste blog, poder ayudarte y motivarte en las cosas que quieres conseguir. Por ejemplo, yo tengo un sueño…QUIERO SER FLACO y me estoy enfocando en lograr esa meta y objetivo. Me cuesta y a veces es doloroso, pero lo estoy compartiendo día tras día con ustedes en varios aspectos. Sé que con mi esfuerzo, será un camino destinado al éxito y en la medida que vaya teniendo pequeñas batallas, pequeños fracasos, seguiré creciendo para lograr ese camino.

¿Estás caminando rumbo a tus sueños?
Un abrazo.

José

 

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