miércoles, 9 de octubre de 2013

Las personas prefieren la esclavitud a la miseria





Hay palabras o frases fuertes que escuchamos y la frase de título de esta entrada, muestra lo que somos hoy en día.

Por un momento vamos a suponer que no tienes problemas de dinero, ni nada por el estilo: están todas tus necesidades cubiertas.

Piensa por un momento si estarías en el lugar donde estás o si seguirías trabajando donde mismo o si seguirías viviendo la situación de vida que puedas estar viviendo.

Muchas veces no nos damos cuenta cuando estamos cayendo en la esclavitud: Quizás un vicio como el cigarro, te hace esclavo de él. Quizás el alcohol te está haciendo dependiente. Quizás tienes un trabajo poco motivador y todos los días es un peso levantarse y salir a trabajar. Quizás eres esclavo de una relación asfixiante que no te atreves a romper o dejar.

Finalmente la esclavitud se da por miedo.

El miedo interno que generamos cuando, por ejemplo, se nos hace ver o pensamos en lo que pasaría si en un momento en el corto plazo dejáramos de hacer lo que hacemos. La primera sensación que se viene al cuerpo y a la mente, es la sensación de vacío, de extrañeza y de pensar “¿con qué voy a suplir aquello que me falta?”.

Muchas veces nos imaginamos una serie de problemas inexistente. Un estudio científico, demuestra que cuantas más veces pienses en un problema (real o inexistente), más problemas asociados al mismo crearás.

Como ejemplo de lo anterior: Juanito peleó con Juanita y se produce una pequeña separación. Entre la pena, la rabia y el dolor, Juanito comienza a pensar en una serie de cosas referente al problema puntual de la discusión, pero sin embargo el “darle” vueltas al tema todo el día, lo ha hecho terminar creando dos problemas (e incluso más) que antes no existía.

Es como cuando pensamos en hacer un cambio o reparación en la casa, sin saber hacerlo y nos imaginamos fracasando. En ese punto, se agregan las creencias limitantes (que ya hablaré en otra entrada) y de cómo hemos sido perfilados en la vida.

A muchos de ustedes, se les debe haber enseñado que uno se tenía que esforzar para estudiar, tener buenas notas, sacar un título en una universidad y trabajar…..¿a alguno de ustedes les dijeron que seguía después de eso? Por supuesto que la respuesta a la pregunta es NO. Eso no funciona, no es así y no será así. Eso sucedía en los años “de la pera”.

Hoy en día nadie quiere ser esclavo de nada, pero sin embargo vivimos esclavizados a todo. Entonces puede surgir el cuestionamiento de ésta entrada ¿Qué te hace esclavo? ¿Qué estás prefiriendo dejar de hacer en tu vida, por sentirte con miedo y atado?

Todo lo que queremos conseguir está un poco más lejos de nuestra zona de comodidad, sin embargo, no somos capaces de darnos cuenta de cómo alcanzarlo y tampoco nos queremos esforzar, porque el camino es un poco doloroso e incómodo (nuevamente haré una entrada de la zona de comodidad).

La peor esclavitud del hombre, debe ser la que está relacionada al dinero. Esa esclavitud a transformar todo en el sentido de dinero y vivir una vida miserable con tal de conseguir “cosas”.

El mejor ejemplo de las personas esclavas del dinero, es preguntarle a alguien que no esté satisfecho con su trabajo, si se cambiaría de trabajo por un 40% más de lo que gana. Cuando esa persona te diga “sí, por supuesto”, entonces le preguntas, ¿pero haciendo el mismo trabajo? Y ahí es donde está la esclavitud más grande al dinero. Si tengo un trabajo poco motivador o estoy realizando una labor poco motivadora, entonces debo pensar claramente el por qué estoy metido en ese trabajo y sus motivaciones (ya haré una entrada sobre éste tema y de cómo aprender a motivar y gestionar trabajos que te satisfagan).

La liberación de la esclavitud no es difícil, pero debes sacar el miedo de la miseria. Puedes liberarte de muchas formas y con un trabajo bien realizado y planificado, pero la lo importante es que puedas ver qué cosas te hacen dependiente y de qué forma puedes liberarte.

Hay una historia que siempre relato, que es el elefante que de pequeño, en el circo, le atan su pie a una estaca para que no se mueva. Como él hace esfuerzos por liberarse, al final su mente le dice “date por vencido, no vas a poder hacerlo”. Cuando ese elefante es adulto y ha crecido, todavía sigue atado a la misma estaca y no hace ningún esfuerzo por liberarse. Eso, debido a que toda su vida ha pensado que ese pequeño trozo de madera, lo retiene y es más fuerte que él.

¿Se imaginan al elefante? Con toda su fuerza y tamaño, tendría que hacer un pequeño esfuerzo para salir de ese lugar y sin embargo hoy día, muchos de nosotros somos como elefantes atrapados.

Nunca es fácil de ver en lo que estamos “pegados”, pero puedes preguntar a los demás y tomar acción a partir de eso.

Personalmente, me parece mucho más cobarde una persona que no hace nada por liberarse de la esclavitud, que alguien que trata de hacerlo y fracasa. Muchos fracasos derivan en segundas oportunidades o en reinvenciones.

¿Qué estás esperando para liberarte?

Un abrazo.

José

 

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