domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Qué cuentas en tu historia?


¿Cuál es tu historia?: Lo que dicen tus palabras
Cada uno de nosotros tiene algo que contarle al resto. Imagina que estás en una fiesta social, con música de fondo, trago, comida y por supuesto mucha gente que no conoces.


Yo soy de las personas que no tengo muchos problemas para socializar, para mí no es ningún problema ir a un evento donde no conozco a la gente y siempre lo veo como una oportunidad de relacionarme con gente nueva. Me gusta esa experiencia. Sin embargo, siempre veo a gente muy tímida o que no tienen mucho que contar de ellos mismos y ahí les pregunto entre bromas y un poco de relajación ¿Cuál es tu historia? ¿Qué haces? Y preguntas por el estilo.
Con las preguntas que buscan romper e iniciar esas conversaciones, muchas veces me he quedado sorprendido de lo que dicen con sus respuestas y de cómo de forma inconsciente, nos inventamos una serie de trabajas o problemas de nosotros mismos, que son realmente inexistentes.

Lo que dicen tus palabras, aunque no lo creas, habla mucho de ti y de cómo te tratas.
Esta historia es real, me pasó en mi primer día de clases conversando con un compañero y esto fue más o menos su presentación: “En realidad no tengo mucho que contar, soy un tipo fome, tengo un trabajo que no me gusta y muy pocas veces termino lo que empiezo. Si hay algo que me puede gustar, es ver tele y estoy estudiando porque quería hacer algo nuevo”.


 
Sin ser expertos en la interacción con otros o en psicología, uno podría desprender fácilmente que esa persona está plagada de creencias que lo limitan y lo hacen moverse así por la vida.
Cada uno de nosotros tiene una historia que contar, con detalles, de dónde venimos, donde queremos ir y los tipos de historia que contamos a los demás, también indican y marcan una enorme diferencia en que tan bien lidiamos con el cambio o con los procesos de cambio.

Herminia Ibarra y Kent Lineback, investigaron acerca de éste tema y nos ayudan con unos pequeños consejos que nos pueden permitir contar una historia de nosotros mismos y lograr motivar y cautivar a la audiencia, ya que todas las historias tienen algo que decir y todas se construyen en base a patrones. Desde las grandes novelas de la historia, hasta las películas más exitosas:
- Toda historia tiene un protagonista que le preocupa al oyente. El bueno de la película eres tú. Estás hablando de tu vida y de tus eventos. Entonces trata de hacer esa historia sobre el personaje principal interesante

- Un catalizador. Una historia que tiene un motivo de ser, un evento o situación de la vida que te hizo salir de donde estás y te lleva a estar parado ahí. Por ejemplo, si tu historia es la vida sana, podrías decir “pase mucho tiempo encerrado entre Mcdonalds y Pizza Hut, hasta que en algún momento sentí algo que hizo clic en mi y empecé a ver todo más claro”.

- Pruebas y tribulaciones. Todos pasamos por conflictos y dramas. Momentos de injusticia y rabia que nos producen frustración y que finalmente testean y moldean el carácter

- Un punto crítico o de no retorno. Algo te hizo cambiar, algo pasó y decidiste tomar el toro por las astas y enmendar el rumbo que parecía perdido. Algo que te cambió como ser humano

- Resolución o final. Acá está el cierre de tu historia o el suspenso de un “continuará”. Es el “happy ending” de toda película y el momento en que la gente salta de su asiento

NOTA: este modelo no tiene nada de nuevo, ya que lo definió Aristóteles hace 2.300 años y ha sido usado desde ese entonces. 
 

Por ejemplo, si me tocara relatar mi historia, sería algo así como: “Yo soy muchas cosas y me gustan muchas cosas también, (introducción)…pero….Ahora en éste momento, estoy pasando por un período de querer mejorar mi vida y hacer cosas nuevas por mí, ya que estaba llevando una vida un poco desordenada y ganando mucho peso (catalizador). Pasé por muchas etapas muy duras y de a poco me fui dando cuenta de “para donde iba la micro (pruebas y tribulaciones). Un día me miré al espejo y me di cuenta que esa imagen que se veía en el reflejo, no era la que quería proyectar y me prometí bajar de peso (punto de no retorno). Y acá estoy, trabajando en éste proceso donde he podido bajar ya dos tallas de ropa y sigo trabajando en cambiar y mejorar (resolución)”.
No se trata de memorizar una historia para contarla a todo el mundo y en todo momento, pero se trata de ir formando tu propia historia que te llevará al éxito. Acá no tengo que decir “es que me amo mucho”, “es que soy lo mejor”. Acá lo que digo (sin decirlo) es que me quiero lo suficiente como para querer hacer un cambio y que tengo metas trazadas y me esfuerzo en lograrlas y toda esa historia que quiero contar o decir, está entendida por mi interlocutor. Él hace las apreciaciones y coloca en su mente las valoraciones a mi historia.

Si mi historia contara el caso de un tipo que no hace nada, que está viendo pasar la vida por delante y vivir de la envidia hacia los demás, te aseguro que no sería muy interesante de escuchar y no me ayudaría a lograr las metas y resultados que quiero.

Si creas una historia acerca de ti, la puedes contar en muy poco tiempo ¡HAZLO! Y practica con tus cercanos. Aprende a tratarte en esa historia con amor y cariño. Aprende a COMO contar la historia y acepta con agrado las recomendaciones que te hagan los demás.

Una vez pasado ese período de práctica, anda ampliando de a poco el círculo de personas a quien se la cuentas y va a llegar un momento en que todo tu lenguaje corporal y verbal, estarán de acuerdo en esa historia y se logrará la coherencia.

Cuando logres la coherencia entre tu cuerpo y tu voz, tendrás el éxito asegurado, porque tu mente y cuerpo se han comprometido con esa historia.

Ahora y después de leer nuevamente este post te pregunto ¿Cuál es tu historia? La idea no es que sea un mensaje abandonado en la orilla de una playa, sino un relato para que otros lo escuchen.
 
Un abrazo.
José

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola. Gracias por demostrar que existes!!!