jueves, 7 de noviembre de 2013

Pequeñas acciones, grandes cambios...



Una pequeña acción, un gran cambio.

Casi frente a Valparaíso, tenemos la Isla de Pascua y si suponemos que un barco está zarpando de ese puerto y apenas avanzado un par de metros, el capitán de esa nave da un pequeño movimiento al timón, ese movimiento es imperceptible para toda la tripulación. Ese pequeño movimiento no lo siente nadie. Pasados varios kilómetros, nadie todavía se ha percatado de ese movimiento de timón y el barco sigue adelante. Los primeros cientos de kilómetros, nadie nota nada, sin embargo ese pequeño movimiento realizado en el inicio, hace que el barco tenga una ruta totalmente diferente. Lo que se pensaba era un viaje en línea recta, termina convertido en un desvío que hace llegar a Australia o Nueva Zelanda (por ejemplo).

Siempre en nuestras vidas, podemos ser como el capitán de ese barco, que haciendo un pequeño movimiento de timón, imperceptible, logra llegar a un destino totalmente diferente del que hemos imaginado o trazado. Y si ya estamos en ese momento y hemos decidido un pequeño cambio, que hemos tomado una pequeña decisión de hacerlo, ya es mucho mejor que los más grandes y fastuosos intentos que imaginamos en nuestras mentes.
Tomar acción, moverse, caminar….eso es lo único que en definitiva nos permite cambiar, remecer el lugar donde estamos y otra cosa importante, nuestros cambios remecen nuestro entorno. Más personas querrán hacer cambios, más personas pensarán que eso si es posible.

 
Si una persona hace algo que para otro pareciera imposible, entonces esa persona intentará hacer lo mismo (se activan las neuronas espejos y básicamente es imitar lo que vemos en otros). Por ejemplo, en los años 50, se pensaba que era imposible correr una milla de distancia (1.6 kilómetros) en menos de cuatro minutos. Todos los deportistas que habían tratado de romper esa marca, habían fracasado y se había llegado a un máximo de cuatro minutos y ocho segundos. Roger Bannister, después de muchos fracasos olímpicos y atléticos, logró correr el 6 de mayo de 1954 una milla en la marca de tres minutos y cincuenta y nueve segundos.
Lo interesante, es que Roger Bannister había roto un record y durante un año, 37 atletas más corrieron en mejor tiempo la milla de distancia, siendo John Landy el primero en lograrlo y con tan sólo cuatro meses de diferencia.

Esa pequeña acción tomada por un hombre, permitió que muchos otros intentaran superar lo que ellos mismos se habían puesto como barrera. Hoy en día, estamos llenos de intentos en nuestra mente: mañana empiezo la dieta, mañana salgo a hacer ejercicio, mañana me pongo “las pilas” con éste tema, la próxima semana comenzaré a buscar un nuevo trabajo….y así nos llenamos de intenciones mentales, que muy pocas veces se transforman en éxito.
 

¿Quieres hacer algo? Empieza ahora, no llenes tu cabeza de excusas de lo que empezarás ahora “SI” mañana. ¿Cuántas veces has intentado comenzar algo mañana? Y la pregunta siguiente es ¿Cuántas veces te has vuelto a decepcionar de ti mismo por no lograr lo que te propusiste?
Y es ahí donde nos debería hacer “clic” el de hacer pequeñas acciones. Si vas a comenzar con una gran meta que tienes en mente, ¿para qué vas a hacer un tremendo esfuerzo mañana, si puedes comenzar con un pequeño cambio el día de hoy? Además, el cerebro humano no está diseñado para realizar cambios drásticos de un día para otro, porque tiende a ir a lo conocido que es más fácil y menos dañino (siempre quiere volver a su zona de comodidad) y porque requiere un tiempo de adaptación a lo novedoso.

Voy a compartir algunas ideas de pequeñas acciones que se pueden tomar, para lograr esos cambios finales (entendiendo que hay un proceso en el camino).
1. Dieta. Si vas a hacer una dieta, no te pongas como meta empezar mañana o el lunes y dejar de comer de un día para otro. Haz un pequeño cambio desde hoy: Podrías comenzar a tomar agua en vez de bebidas carbonatadas, podrías reemplazar un pan por una fruta cítrica (naranja, kiwi o manzana verde), etc. Busca adaptar tu cuerpo a la nueva forma de comer y de apoco anda avanzando

2. Ejercicio. Hay personas que piensan que hacer ejercicio, es correr medio maratón en el primer día. Al final, tienes frustración y desánimo, porque apenas avanzaste medio kilómetro. Nuevamente acostumbrar el cuerpo de a poco. Si quieres salir a correr y no lo haces normalmente, comienza con caminata intensa. Mide hasta donde llega tu cuerpo y resistencia, y gradualmente avanza a nuevos objetivos
3. Cambiarse de trabajo. Todos queremos buscar un trabajo mejor pagado y donde nos sintamos satisfechos y muchas personas comienzan haciendo las cosas mal: Renuncian o tienen una actitud poco profesional frente a su trabajo. Pídele a alguien de confianza que vea tu currículum, que vea la redacción, formato, etc. Comienza moviendo la red de contactos, poco a poco. Aprende lo que te gusta y para lo que eres bueno. Postula a trabajos que te gusten y fija una renta. En lo posible, busca trabajos que te gustaría hacer y no aquellos que pagan mejor

4. Buscar pareja. Acá hay un tema importante y está más relacionado a los solitarios que lo único que hacen es quejarse por no encontrar a la persona que le dé sentido a sus vidas. El único sentido que puede tener tu vida y por el cual puedes avanzar al éxito en ese tema, es conocer gente. Si no eres muy sociable, trata de ir poco a poco con la gente más cercana y conocida. Con esa gente que te sientes bien y en confianza. Un paso a la vez
Generar pequeños cambios, no requiere de mucha disciplina, sino de ganas y en la medida que los vamos incorporando a nuestra vida, terminamos haciéndolos “hábitos” y como he explicado en éste blog, un hábito es algo que el cuerpo va aprendiendo de forma natural.

A veces nos encontramos frente a una decisión que tomar y un camino a elegir. Yo ya decidí darle ese movimiento de timón a mi vida ¿y tú?

Un abrazo,
José

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola. Gracias por demostrar que existes!!!