Una pequeña acción, un gran cambio.
Casi
frente a Valparaíso, tenemos la Isla de Pascua y si suponemos que un barco está
zarpando de ese puerto y apenas avanzado un par de metros, el capitán de esa
nave da un pequeño movimiento al timón, ese movimiento es imperceptible para
toda la tripulación. Ese pequeño movimiento no lo siente nadie. Pasados varios
kilómetros, nadie todavía se ha percatado de ese movimiento de timón y el barco
sigue adelante. Los primeros cientos de kilómetros, nadie nota nada, sin embargo
ese pequeño movimiento realizado en el inicio, hace que el barco tenga una ruta
totalmente diferente. Lo que se pensaba era un viaje en línea recta, termina
convertido en un desvío que hace llegar a Australia o Nueva Zelanda (por
ejemplo).
Siempre
en nuestras vidas, podemos ser como el capitán de ese barco, que haciendo un
pequeño movimiento de timón, imperceptible, logra llegar a un destino
totalmente diferente del que hemos imaginado o trazado. Y si ya estamos en ese
momento y hemos decidido un pequeño cambio, que hemos tomado una pequeña
decisión de hacerlo, ya es mucho mejor que los más grandes y fastuosos intentos
que imaginamos en nuestras mentes.
Tomar
acción, moverse, caminar….eso es lo único que en definitiva nos permite
cambiar, remecer el lugar donde estamos y otra cosa importante, nuestros
cambios remecen nuestro entorno. Más personas querrán hacer cambios, más
personas pensarán que eso si es posible.
Si
una persona hace algo que para otro pareciera imposible, entonces esa persona
intentará hacer lo mismo (se activan las neuronas espejos y básicamente es
imitar lo que vemos en otros). Por ejemplo, en los años 50, se pensaba que era
imposible correr una milla de distancia (1.6 kilómetros) en menos de cuatro
minutos. Todos los deportistas que habían tratado de romper esa marca, habían
fracasado y se había llegado a un máximo de cuatro minutos y ocho segundos.
Roger Bannister, después de muchos fracasos olímpicos y atléticos, logró correr
el 6 de mayo de 1954 una milla en la marca de tres minutos y cincuenta y nueve
segundos.
Lo
interesante, es que Roger Bannister había roto un record y durante un año, 37
atletas más corrieron en mejor tiempo la milla de distancia, siendo John Landy
el primero en lograrlo y con tan sólo cuatro meses de diferencia.
Esa
pequeña acción tomada por un hombre, permitió que muchos otros intentaran
superar lo que ellos mismos se habían puesto como barrera. Hoy en día, estamos
llenos de intentos en nuestra mente: mañana empiezo la dieta, mañana salgo a
hacer ejercicio, mañana me pongo “las pilas” con éste tema, la próxima semana
comenzaré a buscar un nuevo trabajo….y así nos llenamos de intenciones
mentales, que muy pocas veces se transforman en éxito.
¿Quieres
hacer algo? Empieza ahora, no llenes tu cabeza de excusas de lo que empezarás
ahora “SI” mañana. ¿Cuántas veces has
intentado comenzar algo mañana? Y la pregunta siguiente es ¿Cuántas veces te has vuelto a decepcionar
de ti mismo por no lograr lo que te propusiste?
Y es
ahí donde nos debería hacer “clic” el de hacer pequeñas acciones. Si vas a
comenzar con una gran meta que tienes en mente, ¿para qué vas a hacer un
tremendo esfuerzo mañana, si puedes comenzar con un pequeño cambio el día de
hoy? Además, el cerebro humano no está diseñado para realizar cambios drásticos
de un día para otro, porque tiende a ir a lo conocido que es más fácil y menos
dañino (siempre quiere volver a su zona de comodidad) y porque requiere un
tiempo de adaptación a lo novedoso.
Voy
a compartir algunas ideas de pequeñas acciones que se pueden tomar, para lograr
esos cambios finales (entendiendo que hay un proceso en el camino).
1. Dieta. Si vas a hacer una dieta, no te
pongas como meta empezar mañana o el lunes y dejar de comer de un día para
otro. Haz un pequeño cambio desde hoy: Podrías comenzar a tomar agua en vez de
bebidas carbonatadas, podrías reemplazar un pan por una fruta cítrica (naranja,
kiwi o manzana verde), etc. Busca adaptar tu cuerpo a la nueva forma de comer y
de apoco anda avanzando
2. Ejercicio. Hay personas que piensan que
hacer ejercicio, es correr medio maratón en el primer día. Al final, tienes
frustración y desánimo, porque apenas avanzaste medio kilómetro. Nuevamente
acostumbrar el cuerpo de a poco. Si quieres salir a correr y no lo haces normalmente,
comienza con caminata intensa. Mide hasta donde llega tu cuerpo y resistencia,
y gradualmente avanza a nuevos objetivos
3. Cambiarse de trabajo. Todos queremos
buscar un trabajo mejor pagado y donde nos sintamos satisfechos y muchas
personas comienzan haciendo las cosas mal: Renuncian o tienen una actitud poco
profesional frente a su trabajo. Pídele a alguien de confianza que vea tu
currículum, que vea la redacción, formato, etc. Comienza moviendo la red de
contactos, poco a poco. Aprende lo que te gusta y para lo que eres bueno.
Postula a trabajos que te gusten y fija una renta. En lo posible, busca
trabajos que te gustaría hacer y no aquellos que pagan mejor
4. Buscar pareja. Acá hay un tema
importante y está más relacionado a los solitarios que lo único que hacen es
quejarse por no encontrar a la persona que le dé sentido a sus vidas. El único
sentido que puede tener tu vida y por el cual puedes avanzar al éxito en ese
tema, es conocer gente. Si no eres muy sociable, trata de ir poco a poco con la
gente más cercana y conocida. Con esa gente que te sientes bien y en confianza.
Un paso a la vez
Generar
pequeños cambios, no requiere de mucha disciplina, sino de ganas y en la medida
que los vamos incorporando a nuestra vida, terminamos haciéndolos “hábitos” y
como he explicado en éste blog, un hábito es algo que el cuerpo va aprendiendo
de forma natural.
A veces nos encontramos frente a una decisión que tomar y un camino a elegir. Yo
ya decidí darle ese movimiento de timón a mi vida ¿y tú?
Un
abrazo,
José
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola. Gracias por demostrar que existes!!!