¿Por
qué no me resulta?
¿Cuántas cosas que
comenzamos y no resultan? ¿Cuántos planes quedan en el aire y finalmente no los
alcanzamos? Pero finalmente la pregunta importante es: ¿Cuántos de nuestros
proyectos y planes son realmente nuestros y cuántos planes o proyectos son
realmente de vivir la vida de otra persona?
Y la respuesta a la pregunta
anterior no es tan simple, porque de alguna forma siempre estamos en un proceso
en el que vamos teniendo influencia del entorno y de quienes nos rodean. Muchas
veces tomamos un plan o un proyecto simple, debido a que alguien nos recomendó
hacer tal o cual cosa: “¿Fuiste a ver la película xxx? Es genial no hay que
perdérsela”. “¿Comiste en el nuevo restaurante xxx? Es maravilloso, glorioso,
no debes perdértelo”. “¿Vas a hacer dieta? Has la dieta del xxx, bajé tres
kilos en un mes sin esfuerzo”…y puedo seguir con un largo bla bla bla.
Y es así como la gente te va
presionando e insistiendo a que tomes planes o acciones que quizás no
necesariamente sean los tuyos y de alguna forma, terminas haciendo cosas que no
necesariamente querías hacer o que realmente te motivan y es ahí donde viene el
problema: Si no son nuestras propias motivaciones las que nos mueven a hacer un
“algo”, entonces no encontraremos la energía necesaria para ponerle todo el
corazón.
No podemos hacer nada
contrala influencia externa frente a estímulos, lo que Juanito encontró
maravilloso, glorioso y le dio resultado, no necesariamente tiene que ser para
mi, igual de glorioso, igual de maravilloso o tener el mismo resultado.
Normalmente estamos frente a
la influencia de cosas externas, pautas y proyectos que debemos tomar,
simplemente porque otros ya han transitado ese camino. Acá algunas ideas:
- Escribir un libro
- Plantar un árbol
- Tener hijos
- Estudiar una buena carrera
- Tener auto, casa y todo
tipo de bienes materiales que te ofrecen seguridad y estabilidad
- Un buen trabajo
Y podría seguir con una
larga lista de cosas que nos dicen que debemos hacer y que están asociadas al
éxito y a un buen vivir. La pregunta que te hago, sin embargo, está relacionada
a si realmente quieres vivir esa vida, tener aquellas cosas que otros dicen que
debes tener para sentirte bien contigo en la falsa imagen que da la aprobación
de los otros.
Entiendo como sociedad, que
estamos insertos en una serie de patrones y valores compartidos, pero sin
embargo no dejamos de vivir sueños de otros. El ejemplo más común, es el que te
levantas todos los días en la mañana a trabajar, como empleado, cumpliendo y
ayudando a cumplir el sueño de otro.
Acá es donde debería nacer
nuestra motivación a diario: En el vivir mi propio sueño, mi propio plan y mis
propios desafíos. ¿Cuál es el problema si a los 30, 40 o 50 años, recién estoy
comenzando a vivir mi sueño? ¿Quién dijo que la edad era un problema para
alcanzar aquellos que siempre has soñado?
Cumplir sueños y metas de
otros, asumirlas como propias y llevarlas a cabo, no siempre te harán feliz,
sino que probablemente las dejes de lado y es ahí donde viene la pregunta del
post “¿Por qué no me resulta esto?”. Y esa pregunta debería tener como
respuesta, en lo general de los casos “Porque estoy llevando a cabo un plan sugerido
y no realmente lo que quiero hacer”.
Con esto de la información,
la internet y otras cosas, hemos generado tanta información, hemos absorbido
tantas cosas que pensamos deberían ser y finalmente nos tratamos de esforzar
para lograr esas cosas y tener al menos la idea de pertenencia a quienes sí lo
han logrado. Personalmente no creo que sea la solución ¿Qué hacer entonces,
mandar todo a la punta del cerro? Obviamente que no y esto es lo que uno
debería hacer:
TODO
A SU TIEMPO Y TODO EN SU MOMENTO.
La principal clave acá, es
entender que no todas las cosas que me sugieren, no todas las cosas que me
dicen que hagan y no todas las pautas que puedo encontrar nos sirven.
Básicamente porque no todas esas cosas están diseñadas para nosotros y el
intentar realizarlas, sólo nos traerá una sensación de fracaso y de inutilidad,
porque cuando fracasamos, en vez de aprender de la lección…nos terminamos
culpando de todo (aunque no tengamos arte ni parte en todo eso).
Priorizar las cosas sería el
primer paso. Conocerse en lo que nos gusta, no aceptamos y no toleramos, sería
el segundo paso y finalmente, reconocer donde están mis limitaciones (físicas
solamente, porque las mentales sólo viven en nosotros) y de qué forma puedo dar
mi mejor en esa área.
Lo anterior, no significa
que debemos dejar de esforzarnos y vivir en la absoluta mediocridad, sino que
la idea principal es que seamos capaces de evaluar la situación y que seamos
capaces de analizar las expectativas que hemos creado acerca de nosotros mismos
en ese tema.
Los llamo a que hagan un
proceso de conocer y aprendan que desafíos aceptar, que desafíos dejar en stand
by a cuales decirles “no gracias, eso no es para mí”.
Un abrazo de tu amigo,
José
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