Lo que sucede cuando dejas
de fumar
Cuando
estudias ciencias como la economía y haces esos típicos trabajos de la
Elasticidad respecto a los cigarros, entiendes por medio de las matemáticas,
que mucho del esfuerzo que se hace porque las personas dejen de fumar, ya sea
aplicando impuestos, acciones correctivas o simplemente las etiquetas de todos
nuestros cigarros (en Chile hay una ley que las cajetillas de cigarros deben
mostrar una clara advertencia para la salud), no sirven, porque las personas
están muy poco dispuestas a dejar de fumar.
Según
encuentras realizadas en Chile en el año 2013, indican que el 37% de las
mujeres fuma y contamos con el triste record de que los adolescentes entre los
13 y 15 años, representan un 40% de la población fumadora a esa edad, lo que se
transforma en el record mundial.
Pese
a todas las acciones restrictivas que se han tomado en Chile, como el no poder
fumar en espacios cerrados con público, en algunas zonas abiertas pero que no
se puede fumar, la verdad es que ha sido una campaña muy poco efectiva.
Al
igual que todos los vicios, crea una dependencia y cuando las personas han
intentando dejar de fumar, comienzan a aparecer las señales del síndrome de
abstinencia: irritabilidad, exceso de apetito, dificultad para dormir, falta de
concentración, ansiedad y nerviosismo. Incluso algunas personas, han llegado a
desarrollar diarreas, vómitos y fiebre (en los casos más extremos).
Cuando
se deja de fumar, el cuerpo debe comenzar un proceso de adaptación, en el que
debe adaptarse a no tener nicotina, la sustancia adictiva del cigarro. Dejar el
cigarro, como cualquier otro vicio, es desagradable y muy difícil, pero con
esfuerzo, motivación y ganas, se puede lograr.
Si
hay algo que me gustaría hacer por la gente que fuma, es precisamente que dejen
ese hábito, que indirectamente nos afecta a los que somos fumadores pasivos.
¿Quieres
saber qué pasa en tu cuerpo en la medida que vas dejando de fumar? Acá te lo
cuento en un paso a paso:
1.
Los primeros 20 minutos: La temperatura corporal vuelve a un nivel normal. La
presión arterial y el ritmo del pulso bajan a la normalidad
2. A
ocho horas: El nivel de monóxido de carbono en la sangre baja (si, el mismo que
contamina la ciudad, lo tienes en tu sangre cada vez que fumas). El nivel de
oxigeno en la sangre, se incrementa (el monóxido le roba a la sangre
oxígeno…por así decirlo), comenzando a acercarse a niveles normales (¿por qué
crees que a la gran mayoría de fumadores les cuesta respirar?)
3.
Primer día sin fumar (24 horas): El riesgo de un infarto o ataque al corazón,
disminuyen
4.
Segundo día sin fumar (48 horas): El sentido del gusto y del olfato se
normalizan, pudiendo definir de mejor forma aromas y sabores. Las terminaciones
nerviosas se comienzan a regenerar
5. 3
semanas: Hacer ejercicio se hace más fácil, la respiración ya no es problema y
mejora la circulación de la sangre. Los pulmones trabajan mejor y las heridas
sanan más rápido
6. 1
a 9 meses: Hay más energía en el cuerpo. Los síntomas relacionados al
tabaquismo, como la tos, congestión nasal, fatiga y dificultad respiratoria,
mejoran notablemente
7. 1
año: El riesgo de cardiopatía coronaria es la mitad del riesgo que de una
persona fumadora. Mejora la respiración y algunas funciones, como la
oxigenación en la sangre, ya es normal
8. 5
años: El riesgo de padecer cáncer de boca, laringe y pulmón, se reduce a la
mitad
9.
10 años: Finalmente, los grandes riesgos de padecer cáncer pulmonar y
accidentes cerebrovasculares, son iguales a los de una persona que jamás ha
fumado
Dejar
de fumar, debe significar más poder y fuerza de voluntad que hacer dieta o
dejar de comer, pero sin embargo y si no tienes la fuerza de voluntad, la
medicina moderna ha avanzado mucho en éste proceso de ayudar a “no fumar”.
Hay
una revista electrónica (thoughtcatalog.com), para mujeres principalmente, que
creó una línea de tiempo divertida para el proceso de dejar de fumar (no es
taaaaan divertida, pero puede que hayan cosas en las que “le achuntan”)
La
experimentación del Síndrome de Privación de la Nicotina:
1. No
importa cuánto llevas fumando, hueles a cigarro y tu pareja se queja por ello.
2.
Se necesita una gran ocasión para dejar de fumar, como un propósito de Año
Nuevo.
3.
Desde el momento que decides dejarlo, te aseguras de publicarlo en todas las
redes sociales para que todos sepan.
4.
De ahora en adelante debes mantener el control sobre los minutos, horas, días y
semanas que has estado sin fumar.
5.
Ya estás pensando en retirarte. Estás ansiosa, molesta y agitada lista para
pelear o pegarle a alguien. Vas a estallar en cualquier momento. Básicamente,
todo te irrita.
6.
Mantienes la calma.
7.Despiertas
pensando: “Esta sí que es una gran batalla”.
8.
Te empiezas a preguntar qué podría reemplazar un cigarro cuando has tenido una
noche de mal sexo.
9.
Lo que solía ser un break para fumar en la oficina, ahora es un break para
comer helados.
10.
Comienzas a juzgar los hábitos de los que fuman.
11.
Debes evitar todo contacto con el cigarro, incluidos tus amigos que lo hacen.
12.
Considera invertir en un cigarro electrónico.
13.
Aspira discretamente el cigarro electrónico porque te ves muy rara absorbiendo
un delgado palo negro.
14.
Te sientes tan saludable que hasta piensas en convertirte en vegetariana.
15.
Te sientes orgullosa de ti misma y sacas la cuenta de tu ahorro por semana.
16.
Una amiga te dice que en vez de fumar cigarros, fumes marihuana ¡Duda!
17.
Continúas sintiéndote orgullosa de ti misma.
18.
Pasaste el umbral. Ahora tienes dos opciones: continuar por este saludable
camino o buscar una razón para recaer.
19.
Caíste, empezó el proceso de nuevo
Un
abrazo de tu amigo,
José
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