martes, 25 de febrero de 2014

¿Alcohol y remedios?


Algunos medicamentos que no se pueden mezclar con alcohol.

 
Lo peor de estar enfermo o en algún tipo de tratamiento médico, es que si durante ese proceso te ves enfrentado a una celebración especial, cena o incluso una salida con amigos, podrías verte tentado de consumir alcohol, pero no podrías porque estás en “tratamiento”.

Algunas personas piensan que eso es un mito nada más y que en realidad nada podría suceder si mezclo ciertos químicos de los medicamentos con alcohol.

Algunas de las cosas que te pueden pasar si mezclas los medicamentos con el “copete” (como le llamamos en Chile a beber alcohol), podrías tener un efecto negativo en los síntomas de la enfermedad o incluso en la enfermedad misma. Las personas mayores de 45 años, corren el serio riesgo de una intoxicación, ya que a medida que envejece el cuerpo, éste pierde su capacidad de metabolizar el alcohol.

Acá les quiero compartir algunos medicamentos que no se pueden mezclar con alcohol y un poco sus efectos:

1. Antidepresivos. Hoy por hoy, los antidepresivos, deben ser uno de los medicamentos más consumidos a nivel mundial. Estos, al mezclarlos con alcohol, producen algo llamado “ralentizar” el sistema nervioso central. Además, afecta al cerebro y deteriora las habilidades de pensamiento y el estado de alerta. Otro problema que sucede al mezclarlos, es que la persona se comienza a sentir más somnolienta y disminuye su capacidad de juicio, así como la coordinación y tiempo de reacción. Finalmente, algunas recetas con excipientes específicos, pueden provocar un alza de la presión arterial


2. Medicamentos para el corazón y la presión arterial. Por lo general éste tipo de medicamentos son de consumo en personas mayores y como decía antes, los mayores tienen mayores riesgos de intoxicarse y verse afectados por la combinación “medicamentos / copete”.  Las personas que toman medicamentos con bloqueadores beta, como las personas que han sufrido de infartos, los que están en tratamiento por insuficiencia cardíaca, podría causarles accidentes cerebro vasculares, problemas de hipertensión o una baja excesiva en la presión arterial

3. Medicamentos para reducir el colesterol: Las estatinas tampoco se deben mezclar con los tragos. Si se está tomando este tipo de fármaco, lo mejor es moderar el consumo de alcohol, lo que significa una bebida al día para las mujeres y hasta dos para los hombres.

4. Medicamentos para la diabetes: El alcohol puede causar niveles bajos de azúcar en la sangre hasta 24 horas después de su ingesta. Para mantener los niveles del azúcar en la sangre, estables, se recomienda comer algo antes o mientras estás bebiendo. No obstante, algunos medicamentos para la diabetes podrían no combinar bien con el alcohol, ya que reducen el azúcar en la sangre dando lugar a efectos secundarios peligrosos. Uno de estos medicamentos es la “metformina”, que se relaciona con un efecto secundario poco frecuente, pero potencialmente grave cuando se ha estado bebiendo en exceso. Esto provoca una acumulación de ácido láctico en la sangre dando como resultado náuseas y debilidad. Los fármacos utilizados para tratar la diabetes, como la clorpropamida y otras sulfonilureas, también pueden interactuar ocasionalmente con el alcohol causando mareos, náuseas, enrojecimiento en la cara y muy bajos niveles de glucosa en la sangre.


5. Medicamentos de reflujo gastroesofágico y úlcera: Grandes cantidades de alcohol pueden relajar el músculo que se encuentra entre el estómago y el esófago aumentando el reflujo ácido. Esto podría producir una sensación de ardor en la parte superior del pecho y un sabor amargo en la parte posterior de la boca. El alcohol y los fármacos pueden empeorar la acidez estomacal. Cuando se está de vacaciones o en ocasiones especiales como la Navidad, distinguir lo que causa el malestar es todo un reto. El alcohol puede irritar y erosionar la mucosa del estómago y el esófago, también puede aumentar la cantidad de ácido estomacal producido, empeorando el ácido y los síntomas de la úlcera péptica, lo que retrasa la capacidad de sanación.

6. Analgésicos: El alcohol intensifica el efecto de algunos medicamentos hacia el dolor. Si estás tomando “acetaminofeno”, ten cuidado porque puede causar daño hepático. Otros remedios para el dolor de libre venta, como la aspirina y el ibuprofeno, son generalmente seguros cuando se consume alcohol moderadamente. Al beber debe evitarse el tomar medicamentos para el dolor que sólo se venden con receta médica, incluidos los opioides. El alcohol puede aumentar los efectos secundarios sedantes de estos narcóticos, lo que aumenta la fatiga y causa presión arterial baja. La combinación de alcohol y estas drogas también puede afectar el pensamiento y las habilidades motoras, así como problemas respiratorios.

7. Pastillas para dormir: Imposibles de combinar. El alcohol puede aumentar los efectos sedantes de los medicamentos para dormir, suprimiendo ciertas partes del cerebro y causando somnolencia severa y mareos, lo que aumenta el riesgo de caídas, lesiones y accidentes de tráfico. El consumo excesivo de alcohol mientras se está tomando este fármaco puede reducir la presión arterial a niveles extremadamente bajos y causar problemas para respirar. Aunque beber alcohol puede hacer que usted se sienta cansado, también puede alterar los patrones normales de sueño y originar que se despierte más a menudo durante la noche. Si bebiste, espera al menos seis horas antes de tomar pastillas para dormir.

Yo personalmente no bebo, por lo que no tengo éste tipo de problemas (en realidad tampoco tomo medicamentos), pero nunca está demás aconsejar a los que sí lo hacen.

Un abrazo,

José

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