martes, 4 de marzo de 2014

Cambia el mundo


Cambiar el mundo


Muchas personas, en general, se quejan y se viven quejando del estado actual de la sociedad. En Chile, particularmente el lugar donde vivo: Santiago, se está convirtiendo poco a poco en una ciudad fea, peligrosa, sucia y como diría una persona muy anciana que conozco “de mal vivir”.

Es que cada día es más común ver a las personas tener un muy poco aprecio o nada de aprecio por el entorno en que viven y algunos sectores de Santiago se han vuelto realmente muy feos, sucios o rayados.

Y las personas se mantienen en una queja continua de que “en Santiago ya no se puede vivir”, “que la delincuencia”, “que esto o lo otro”. Nos pasamos el día quejándonos de una serie de cosas que estamos haciendo mal como sociedad y sin embargo no estamos haciendo nada para remediarlo.

Éste mismo problema existe en otras partes del mundo y en Chile se está tornando una práctica más común y son los llamados “grupos de bondad”, que son personas que se agrupan y realizan actos de mejora a los problemas de la sociedad que ellos observan. Según palabras de un miembro de uno de esos grupos, es “si te vas a pasar quejando porque todo está mal, entonces haz algo para empezar a mejorar tu entorno, tu ciudad o tu vida del barrio donde vives. Quedarse sentado a esperar que el gobierno de turno haga algo no es opción”.

Algunas de las cosas que realizan son: recoger la basura de la calle, como una forma de ayudar en la limpieza del lugar, dar de comer a las personas desamparadas y que viven en la calle, sentarse a escuchar y conversar con personas extrañas que no tienen a nadie a quien poder contar sus cosas, etc.

Por ejemplo, Antonio es una persona que ama la limpieza y la ecología y es común verlo en el metro (línea 2), indicarle a la gente cuando ha tirado un papel fuera del papelero o lo ha dejado caer directamente. Cuando le pregunté el por qué lo hacía, me dijo que era para fomentar la limpieza y la cultura y que siempre lo hacía. También me comentó que algunas veces le habían intentado pegar por hacerle ver “esa” falta a las personas.

 
Con respecto a la ayuda a la gente desamparada, tenemos el caso de una historia que sucede en Italia: Una persona entra a un restaurant y pide un café y cinco cafés pendientes. El mozo llega con un solo café y le cobra la cantidad de 6 tazas de café. La costumbre del “café pendiente”, es dejar pagado cafés, para que si entra una persona indigente o que no tiene como pagar un café, se lo tome a cuenta de uno que ya está pagado.

Acá en Chile, al conversar con un dueño de una cafetería, me indicaba que somos “demasiado clasistas en Chile para hacer algo así y que la posibilidad de que entrara un indigente a un café, espantaría a la clientela”. Sin embargo, él me decía que al menos una vez a la semana en épocas de frío, prepara una gran cafetera de 50 litros con café y los va a repartir junto a su señora y sus hijos a los lugares donde frecuentan vagabundos. Además, no les da el café más barato, sino que utiliza el mismo café que vende en su tienda.

Muchos de estos actos de bondad, están ligados también a grupos religiosos o espirituales, que hacen labores sociales en sus comunidades: ayudan a desmalezar terrenos, botan basuras, acompañan a personas mayores durante algunas horas, etc.

Acá, mi idea es poder dar algunas ideas donde cada uno de nosotros, con un pequeño acto amable o de cambio que hagamos, podamos contribuir a desarrollar una mejor sociedad o una mejor comunidad.

1. Ayuda social. Yo creo que éste es el más básico de todas las ayudas. En Chile, hay miles de instituciones de beneficencia que están muy faltos de voluntarios en diversas áreas. Es cosa de llamar a los teléfonos de ayuda y decir “Hola, mi nombre es “xxx” y tengo disponible dos horas los días sábado en la mañana, para ayudar como voluntario en algo en que pueda servir”. Les aseguro que ese tiempo que brinden, los hará sentir realmente realizados

2. Conciencia ecológica. No hablo de juntar latas o botellas de plástico, sino que hablo de crear pequeñas conciencias de reciclaje, hábitos de limpieza saludable del entorno, recoger basura o indicar amablemente a las personas que no boten su basura al piso, etc. Por ejemplo, en mi trabajo, estoy tratando de crear conciencia del uso de papel para fotocopia y usarlo por los dos lados. Eso ayuda a ahorrar dinero a la empresa y ayuda ecológicamente


3. Influir en las personas. Hay una película que se llama “Cadena de favores” (que es más triste que la vida de Marco buscando a su mamá) y que habla de cómo un alumno propone un sistema de ayuda desinteresada a las personas y que cada uno debía hacer algo desinteresado por tres personas y pedirle a esas personas que ayudaran a otras tres personas más. Si podemos hacer algo desinteresado por alguien, ayudarlos en un apuro, les aseguro que influirán positivamente en ese alguien y estoy seguro que lograrán un avance de dos o tres personas más

4. Clases. Todos dominamos algunas materias más que otras. Por ejemplo, yo soy bueno con los números y las matemáticas. Podría eventualmente ofrecerme voluntariamente a hacer reforzamiento de matemáticas a alumnos de enseñanza media, que no tengan como pagar un profesor particular. Quizás tu manejas un idioma como el inglés, italiano, francés, alemán y podrías ofrecer esas clases particulares, al menos una o dos veces a la semana. Quizás sabes de actividades manuales y podrías ayudar a grupos de trabajo o personas que quieran aprender

5. Conversar con extraños. Les voy a contar una anécdota que hoy cuando miro hacia atrás, veo como se conectan esos puntos. Hace cerca de diez años y dado mi carácter sociable y empático, un día de la nada conversé con un señor que estaba a punto de tomar una micro. Ese señor se veía aproblemado y tenía cara de preocupación. En la conversación, me contó que tenía la escoba en su casa, que su señora estaba mal, que su hijo era drogadicto y que estaba a punto de perder su trabajo, pero que no podía hablar de nada de esto, porque no tenía a quien contárselo. Como en esa época la plata (dinero) no me sobraba, lo invité a comer una sopaipilla en un carro que había cerca y conversamos cerca de dos horas. Sentí que había gastado un tiempo muy valioso de mi vida, pero sin embargo me sentía feliz de haber hablado con un señor, que lo único que deseaba era poder desahogarse con alguien y fue muy emotivo. Luego de la conversación, el señor se fue más aliviado a su casa y espero que haya podido enfrentar de mejor manera sus problemas


Si uno mira hacia atrás, nos daremos cuenta que tenemos una serie de habilidades y capacidades de hacer cosas, donar de nuestro tiempo, ayudar o hacer algo para mejorar el entorno en el que vivimos. Si sientes a veces esa necesidad de hacer cosas diferentes, de ayudar a los demás, busca personas que tengan tus mismos intereses, organícense y busquen de qué forma pueden ayudar a contribuir una mejor sociedad.

Si no te gusta lo que sucede a tu alrededor, busca ayudar en el cambio y no hagas lo que hace el 99% de las personas: Quejarse sin hacer nada.

Hay una frase de una película que me gusta mucho que dice “si tan sólo pudiera influir en una persona en toda mi vida, sería feliz”.

Quizás es la idea más comunista que he tenido en toda mi vida, pero desde hace rato que vengo sintiendo que debo hacer algo por mejorar el entorno y ayudar con mis capacidades a quienes realmente pueden necesitar una ayuda.

Hoy en día, son sólo ideas en mi cabeza, de a poco les estoy dando forma y sentido y espero realmente poder contribuir con lo que estoy soñando.

Un abrazo,

José

 

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