martes, 28 de enero de 2014

Almuerzo = Sueño!!


Almuerzo = SUEÑO!!



Has notado algunas veces que después de almorzar nos viene una terrible sensación de querer dormir y un sueño que muy pocas veces logras vencer. El problema con eso, no es que nos suceda en casa, cuando podemos dormir una siesta, el problema viene cuando estamos en nuestros trabajos o tenemos cosas importantes que hacer después del almuerzo.

En ésta entrada, veremos algunos tips de cómo evitar ese sueño y también el entender porque se produce este proceso tan normal en el ser humano, pero que puede ser combativo de forma natural y sin grandes esfuerzos.

El sueño que se siente post almuerzo, es debido a que se realizan unos cambios brutales en los niveles de azúcar en el cuerpo. Por ejemplo comer pan o carbohidratos procesados, producen sueño, porque el cuerpo necesita mayor energía para procesar esos alimentos.

Otro factor que influye en el sueño de la tarde, es el descanso de la noche anterior y el estilo de vida. Las personas que practican deportes en la mañana, tienden a tener una mejor reacción posterior al almuerzo, independiente de lo que coman.

¿Y cómo podría mejorar o cambiar éste problema de sueño? Acá te doy algunos consejos y estrategias que puedes utilizar para evitar sentir ese sueño que te hace ir a dormir al baño a veces.



1. Busca organizar tu trabajo. Si te es posible programar tu trabajo, organiza el trabajo pesado o exigente para las jornadas de la mañana, ya que contamos con mayor energía que durante la tarde y deja para después de almuerzo, aquellas tareas que requieren menos atención y menos esfuerzo

2. Tomar agua. Uno de los síntomas de la deshidratación en las personas, es la lentitud mental y un estado de somnolencia general. Si es posible, toma agua durante el día y es normal que las empresas cuenten con servicios de agua purificada y que en verano sale bien helada. Además la falta de agua aumenta la tensión, ansiedad y fatiga

3. Almorzar. El peor error que podemos cometer, es no almorzar. Ahora, si es posible, prefiere en el almuerzo alimentos estimulantes y que den energía. Un completo, un sándwich o cualquier chatarra, aunque sean muy ricas, no generan energía y hacen un desgaste importante. Las comidas frescas, como las ensaladas y frutas, aportan al cuerpo energía natural que se traduce en mejores estados de lucidez mental

4. Nueces, maní, almendras. Los frutos secos entre comidas, son una fuente importante de proteínas y ayudan a estabilizar el azúcar en la sangre. Por ejemplo comer maní durante las comidas, genera una sensación de saciedad y no aporta carbohidratos al cuerpo. Lo ideal, es mantener pequeñas porciones de frutos secos y irlas comiendo entre comidas

 
5. Pausas laborales. Uno de los grandes beneficios que tienen los fumadores laborales, es que ellos hacen pausas durante su jornada de trabajo, con el fin de distraerse y oxigenar la sangre de forma diferente. El consejo acá, es que si puedes complementar tu trabajo de la tarde con pequeñas pausas, de unos cinco minutos, en donde puedas caminar, relajarte, mirar otro paisaje, ayudarás al cuerpo a estimular la energía

6. Respiración. En general, las personas respiramos muy mal y si hacemos unos simples ejercicios de respiración profunda y lenta, sentiremos como nuestro cerebro se reactiva y se llena nuevamente de energía. Con tan sólo dos minutos de respiración profunda y pausada, volvemos a una sensación de tranquilidad y relajo. Dedica un par de minutos al día, en diferentes momentos, a hacer estos ejercicios….verás los resultados



Un abrazo,

José

martes, 21 de enero de 2014

Experiencias placenteras


Experiencias placenteras



Hay una frase que dice “el único final feliz que conozco, es el orgasmo” y es parte de nuestra cultura occidental de la inmediatez o del resultado, es el que nos hemos fijado que el “orgasmo” es la actividad más placentera que pueda existir.

Según la sexóloga Yvonne K. Fullbright, en sus respectivas columnas del diario “The Huffington Post”. Escribe precisamente de esto, de que las sociedades modernas y las parejas, se han obsesionado al punto de buscar como única actividad placentera en pareja, el llegar al orgasmo.

Si analizamos estos temas, nos damos cuenta que en Internet y en nuestros kioscos de siempre, encontramos una serie de reportajes, libros y secretos, para hacer alcanzar a tu pareja los máximos estados orgásmicos y hasta donde yo sé y he leído, se olvidan totalmente de otras cosas que pueden ser igual de placenteras.

Fullbright, escribe y analiza que existen varias otras series de actividades que pueden ser tan o más placenteras que un orgasmo, pero que sin embargo en la vida en pareja las hemos ido olvidando.



Así que me pareció importante éste tema y que puedan recordar aquellas cosas que a veces también nos causan mucho placer:

1. Reír sin parar: según la sexóloga, el fenómeno de no poder recuperar el aliento de tanta risa no es algo que se dé seguido y, por lo tanto, cuando ocurre resulta muy placentero

2. El abrazo de un niño: "Nada se siente más perfecto o mejor que tener los brazos y las piernas de tu pequeño alrededor de tu cuerpo, y su cabeza enterrada en tu cuello. El mundo se vuelve lleno de paz y amor"

3. Despertar y volverse a dormir: ¿alguna vez te has despertado en la mañana pensando que tu reloj no sonó y es tarde para irte a trabajar, pero luego te das cuenta de que es sábado y puedes seguir durmiendo? Para la sexóloga, cuando eso ocurre es un "momento absolutamente delicioso".

4. Saciar la sed: sobre todo cuando se hace con agua pura. "Nada rehidrata mejor que el agua, en especial cuando tu cuerpo lo ansía. Seguramente has estado en esa situación y sabes lo bien que se siente", asegura.

5. Hundirse en una tina caliente después de pasar tiempo en el frío: sentir manos, pies, nariz y todo literalmente congelado, debe ser una de las sensaciones menos placenteras que existen. Sin embargo, saber que tienes la posibilidad de entrar en calor, lo hacen soportable. "Una buena ducha o tina caliente es generalmente la manera perfecta para hacer que la sangre fluya de nuevo"



6. Recibir una inesperada ayuda financiera: ¿te ha ocurrido que te pones una chaqueta que estaba perdida al fondo de tu clóset o usas una cartera que tenías olvidada, y en su interior encuentras un flamante billete? Sin duda, tu primera reacción es sonreír sin parar, en especial si el dinero te llega cuando realmente lo necesitas

7. Meterse a la cama con sábanas limpias y frescas: a juicio de la sexóloga, se trata de una situación que no requiere mayor explicación. Simplemente -dice- "se siente celestial".

8. Estar junto a tu pareja piel con piel, y sentirla de pies a cabeza: según Fulbright, no importa que ese momento de intimidad no pase a mayores, sino que el sólo hecho de estar en brazos de la persona que amas, "es una de las pocas cosas que nos hacen olvidar que el resto del mundo existe".

9. La satisfacción de haber tenido una buena sesión de entrenamiento: el ejercicio físico estimula la producción de endorfinas, las que son conocidas como "las hormonas de la felicidad", ya que tienen efecto analgésico y otorgan sensación de bienestar. Así, poner el cuerpo en movimiento puede, en efecto, provocar placer.

10. Saber que la persona de quien estás enamorada, también te ama: cosquilleo, mariposas en el estómago, la sonrisa que no se borra del rostro. Son múltiples los efectos que genera el amor entre dos personas y que, según la sexóloga, hacen que "todo en el mundo se sienta bien".

11. Conseguir un objetivo esperado: no importa si es grande o pequeño, la emoción que se siente al lograr algo tras haber trabajado duro, es inmensa

 

Está claro que ninguna de las cosas descritas anteriormente es exactamente la misma sensación del orgasmo y no debe serlo jamás, ya que pese a que no debemos obsesionarnos con el tema, tampoco debemos dejarlo de lado y volvernos “anorgásmicos”, fisiológicamente y mentalmente, es parecida a la respuesta sexual y del placer.

De esta manera el consejo es que: "la próxima vez que sientas la presión de tener un orgasmo, o de tener más orgasmos, o de tener un cierto tipo de orgasmo… recuerda que la vida te ofrece muchas formas de placer". Y deja abierta la pregunta: "¿Tienes algún otro favorito que añadir a esta lista?".

Un abrazo,

José

miércoles, 15 de enero de 2014

Procrastinar o el arte de postergar


Procrastinar y Gestión del tiempo

Te levantas una mañana, tienes la motivación necesaria y vas rumbo a tu trabajo. Quizás te acompaña tu música favorita y vas planeando un día lleno de actividades y cosas nuevas que hacer. Al llegar, piensas en hacer ese informe que está pendiente (pero que no es urgente), piensas escribirle a tu amigo que hace rato no sabes de él, quizás alguna llamada pendiente y coordinar y concretar algunas reuniones. El día “pinta” maravilloso. Sin embargo llegas a la oficina, prendes tu computador y te interrumpe la alarma de whatsapp, luego de contestar el mensaje, te preparas el café revitalizador de la mañana. Con el café en el escritorio, miras tu perfil en facebook, actualizas tu estado y compartes o escribes algunos comentarios. Cierras facebook y abres “lun”, para leer las noticias del día….


Así es como las personas en general, vamos procrastinando y pese a que es un problema de hace mucho tiempo en la sociedad y en el mundo, el término “procrastinar” está siendo muy utilizado y de moda. La palabra “procrastinar”, deriva del latín pro (adelante) y crastinus (futuro o referente al futuro).

Técnicamente, es dejar las cosas que podemos hacer en éste instante para un futuro próximo, que muchas veces no llega. Por lo general la procrastinación está asociada al “dejar para mañana lo que puedo hacer hoy”. Finalmente, dejamos aquellas obligaciones o cosas que debemos hacer, para otra oportunidad y la sustituimos con otras cosas más agradables o placenteras.

Algunas características que puede traer el procrastinar:

1. Dependencia de elementos externos como el internet, el mail, el teléfono o actividades externas a nuestros deberes

2. Comer compulsivamente o más allá de la cuenta o de lo que realmente deberíamos

3. Dependencia laboral a actividades tediosas o que no deseamos cambiar



También existen o se han observado, tres tipos de procrastinadores:

A) El eventual. Es aquella persona que eventualmente evade una responsabilidad o la posterga por otras. Por lo general los adultos jóvenes o adolescentes, tienden a tener un comportamiento procrastinador con respecto a los deberes de su casa o sus estudios. En éste nivel, no es una enfermedad que podría derivar en problemas, pero va sentando precedentes de comportamientos en el futuro. Se asocia también a un problema de autoestima o miedo al fracaso

B) Los crónicos. Éste es el tipo de personas que tiene siempre su trabajo atrasado, que sus planes y proyectos de vida son postergados siempre por otro tipo de actividades y personas que tienen una conducta evasiva constante y repetida en el tiempo

C) Los indecisos. Aquellas personas que están en la constante indecisión de postergar o no lo que están haciendo y de qué forma ellos logran un mejor resultado por la postergación. El ejemplo clásico de esto, es Penélope, que tejió por 20 años una manta, esperando que llegara su esposo Ulises (La Odisea de Homero)



En definitiva, la procrastinación, es un problema de autoregulación y de organización o gestión del tiempo. William Kanus en su libro “Superar el hábito de posponer”, presenta algunas características personales de las personas que tienden a posponer:

Creencias irracionales: basadas en una pobre autoimagen y autoconcepto de sí mismos que les hace verse como inadecuados o incompetentes, o ven al mundo con demasiadas exigencias que no se ven capaces de cumplir.

Perfeccionismo y miedo al fracaso: postergar, y justificar un resultado final por falta de tiempo, sirve de excusa para evitar el miedo al fracaso, en tareas donde no hay garantías de éxito. Son personas perfeccionistas y autoexigentes, que se marcan metas poco realistas.

Ansiedad y catastrofismo: el cúmulo del trabajo supone un cúmulo correlativo del nivel de ansiedad. La dificultad para tomar decisiones y la búsqueda de garantías de éxito antes de iniciar una tarea provoca finalmente sentimientos catastrofistas, y como resultado se sienten saturados e indefensos. Pueden sentir autocompasión, escudándose en que no son aptas para las exigencias del mundo que les ha tocado vivir.

Rabia e impaciencia: las exigencias desmesuradas y el catastrofismo provocan también rabia e impaciencia. Pueden surgir ideas del tipo «yo debería ser capaz de realizar esto solo» «¡qué idiota que soy!» o «¡no puedo tolerar esta ansiedad!». Estas personas perfeccionistas, al no cumplir con las metas que se marcan, se muestran agresivas contra sí mismos. Terminan atrapadas en un círculo de enfado-rebelión que empeora su rendimiento.

Necesidad de sentirse querido: el deseo de realizar tareas en base a la recompensa en forma de amor o aceptación de los demás. La creencia que subyace es: «todos deberían amarme para poder amarme a mí mismo». Basa su valía como persona en la aceptación y atención recibida. Si se les recompensa con sus demandas implícitas se sienten fuertes psicológicamente y por el contrario se sienten inválidas cuando no obtienen lo que desean. Por ese motivo estas personas aceptan todo tipo de demandas de los demás con el fin de agradar.

Sentirse saturado: el trabajo se les acumula, y se ven incapaces de establecer prioridades; esto provoca sentimientos de ansiedad, saturación, estrés, angustia, indecisión, impotencia, inmovilización y fracaso, lo que cierra un círculo vicioso del que no pueden escapar.

Por indecisión, típico de las personas indecisas que intentan realizar la tarea pero se pierden en pensar la mejor manera de hacerlo sin llegar a tomar una decisión



Como vimos en ésta entrada (que está dedicada especialmente a una persona que quiero mucho), el tema de posponer está centrado principalmente en miedos o ideas distorsionadas que tenemos acerca de nosotros. Algunas simples soluciones, sería comenzar a priorizar lo que estamos haciendo. Enfocarnos en una tarea hasta terminarla y no dejar de lado nada. Premiarnos por terminar una labor tediosa (si termino el aseo de mi pieza, me dedicaré a ver una película). Ordenar y terminar los asuntos prioritarios que tengan vencimiento más cercano.

El premio a la autoestima que significa el terminar un trabajo, por tedioso o estresante que sea, es algo que no se puede pagar. Posponer, sólo podría traernos más problemas de los que tenemos actualmente y por sobre todo, evitamos crecer en el sentido de ir haciéndonos responsables.

Un abrazo,

José

lunes, 6 de enero de 2014

No hacer....no es solución


No hacer…no es solución



Siempre en nuestras vidas, estamos haciendo o pensando en hacer proyectos, algunos de ellos a lo grande y otros más pequeños. Sin embargo, muchas veces pasamos nuestra vida postergando las cosas que queremos y sentimos que podemos hacer.

Me he encontrado con mucha gente mayor, hablando de sobre los 65 años, que si les preguntas, hay muchas cosas de las que se arrepienten y que pudiendo haberlas realizado, al final las dejaron para un después que nunca llegó.

El cerebro humano, cuando no se le dan instrucciones claras y precisas de fecha y horario, tiende a olvidar las cosas que debe hacer y si aparte de eso, siempre estamos dejando de lado las cosas para hacer, el cerebro es más proclive a dejar de lado esos temas.

Acá, hay una lista de algunas cosas que las personas pretenden hacer en algún momento de sus vidas, pero que sin embargo las postergan y que llegada cierta edad, ya son más difíciles de poder realizar o de poder llevar a cabo.

1. No viajar cuando tuviste la oportunidad. Yo creo que la gran mayoría de nosotros, se encuentra siempre soñando con visitar tal o cual lugar y a la larga, sólo se transforma en un viaje idílico nunca realizado. Si tienes ganas de visitar un lugar, ponte una meta para poder hacerlo. Junta dinero, cotiza, compra planes de forma anticipada, que son más económicos y permite cumplir tu sueño, aunque sea una vez, de visitar un lugar que sueñas.

 
2. Permanecer en una mala relación. Lo peor que le podría suceder a una persona, es darse cuenta que ha pasado los últimos 20 o 30 años de su vida, al lado de alguien que no lo hace feliz y que no debería por nada del mundo haber sido una pareja. Sin embargo, los miedos de abandonar una relación mala y que no lleva a ninguna parte, lo único que hace es acrecentar miedos y temores. Además, una mala relación, no necesariamente es sentimental, sino que también puede ser entre padres e  hijos, amistades, etc.
3. El miedo a hacer cosas. El miedo, es el principal gestor de la incapacidad en las personas. Es lo que nos hace inmovilizarnos en momentos que hubiera sido mejor movernos. El miedo, nos hace perder grandes oportunidades, que a la mirada de la perspectiva del tiempo, finalmente vemos que nada malo hubiera pasado de hacer otras cosas. El miedo, es difícil vencer, pero se puede llevar adelante.
4. No dejar un trabajo que odia. Al igual que las relaciones sentimentales nocivas del punto 2, el dejar un trabajo que no nos satisface, es el primer error que se comete y acá van asociados además, el miedo a perder una fuente de ingresos. Muchos grandes y exitosos personajes, han logrado sus mayores éxitos cuando se encontraban en la calle, sin trabajo y quebrados totalmente. Acá, no es la idea que quedemos así, pero al menos deberíamos hacer todo lo posible por lograr mejorar nuestros trabajos y cambiarnos.
5. Tener miedo de decir “te amo”. Este miedo, viene totalmente precedido por aquellas cosas que nos han marcado en nuestra vida y relación sentimental. Aunque la costumbre de decir “te amo”, viene marcada por el tipo de relaciones que observamos en nuestro entorno en la primera infancia. Unos padres tiernos y cariñosos, le transmitirán a sus hijos que eso no es malo. Sin embargo, decir te amo es una palabra difícil y que incluso puede llegar a ser manoseada de malaforma. Si te cuesta decir te amo, practícalo, no hay nada peor que ser incapaces de expresar lo que sentimos a los demás.
6. Descuidar la salud. Por lo general, podemos ocuparnos de muchas cosas de nuestras vidas. Llevamos el auto al mecánico para reparar o mantener sin problemas, sin embargo, de lo que menos nos preocupamos es de nuestra salud. Yo creo que el 100% de las personas que están leyendo éste artículo y que leen éste blog, están postergando o han postergado sus temas de salud, por encontrarlos “innecesarios”. No es una buena decisión, porque a medida que pasan los años, esas cosas recienten el cuerpo y es mejor tomar acción hoy que mañana.

 
7. Trabajar en exceso. El peor costo que sucede con esto, es que se pierde el contacto con los seres queridos y amados. El éxito de una persona, no debería medirse nunca por las cosas que posee o por el nivel de vida que lleva. Un trabajo en exceso, lo único que puede producir es problemas de salud y una pésima calidad de vida
8. No tomar riesgos. Los que estudiamos administración y economía, particularmente en finanzas, nos enseñan que las personas pueden ser adictas al riesgo o escapar de él, pero sin embargo a mayor riesgo es mayor la retribución al momento del éxito y por ende, también el fracaso a mayor riesgo. Acá, la única solución que tenemos, es pensar en todos aquellos momentos en que hemos hecho cosas y nos hemos arriesgado y como hemos salido de eso. ¿Cómo hiciste para avanzar y si te salió bien….cómo te sentiste?
9. Preocuparse demasiado. Tengo una persona muy cercana, a la que le encanta preocuparse por todo o casi todo y eso, viene derivado principalmente de nuestra sensación de querer controlar las cosas. A veces, tenemos personalidades demandantes y exigentes y que sentimos que todo debe pasar por nuestro visto bueno y control. Lo único que el ser humano realmente puede controlar, es la forma en que se para frente a los embates de la vida y sigue adelante. Todo lo demás, es una ilusión de control y lo único que te puede traer eso, es problemas de salud y de relaciones sociales.
 
 
Si se fijan, lo único que hemos visto, son situaciones de nuestra vida, en donde cada uno de nosotros puede estar más o menos atascado. Sin embargo, estamos posponiendo y dejando de lado lo tan importante que sería como siempre “TOMAR ACCIÓN” y “HACER COSAS” para que eso no suceda.
Nadie dice que los planes deben hacerse en una semana o dos o que un plan no es válido si tiene un horizonte de tiempo muy largo. Tómate el tiempo que sea necesario, para que puedas hacer tus cosas y te resulten, pero ocúpate todos los días de hacer algo para avanzar hacia tus metas.
Un abrazo,
José